lunes, julio 24, 2006

Julio 2005

En vacaciones de invierno del 2005, decidimos ir a cagarnos de frío a la Villa. En esta ocación eramos 4: Carlos, Pablo, Martín y yo (Guille).
Fuimos con el Regattita de los Caffarena, que ya en la ida empozó a andar mal, por la ruta no iba a más de 60 km/h., y después no podía ni subir una loma de burro. Aca tenemos a los hermanos Caffarena haciendole unos electroshock al Regatta haber se reaccionaba. Encima los mecánicos no trabajaban por que era feriado.



Esta imagen fantasmagólica es de la Cumbrecita.
Ahí tambíen se nos quedó el Regatta, en sima la Cumbrecita es como un pozo, no sabiamos como volver, hasta que vino un vaqueano del lugar que le cruzó un par de cables y pudimos volver a los ponchazos.




Ante la imposibilidad de usar el auto, nos vimos obligados de rebuscarnosla a pie. Así decidimos ir al cerro "el Aguilucho" que queda a una hora más o menos a pie, del pico Alemán (o cerro de la Virgen)






Con conciertos de Gaita.






Unos mates y facturas en la cima.














Este atardecer es visto desde el cerro el mirador.








Esa vez estuvimos en lo de los Lopez, ya que la casa de los Roda estaba ocupada por mi prima Ivana.


Guille con su nuevo Look.






Pablo desagotando la cañería.






Nos encontramos con un Extraterrestre y le convidamos un poco de J.L. para que tenga un vieje desde la Tierra a su planeta sin escalas.











La sobremesa, nada mejor para pasar el frío que unos chocolates y algo de alcohol.




Por ese entonces habíamos visitado a todos los mecánicos y estaban todos hasta las manos de laburo, todos menos uno, el fantástico Riqui Olmedo, que le ajustó un par de tuercas y el regatta quedó como nuevo.

Así que decidimos ir hacia esas montañas, en las cuales se apreciaba desde lo lejos, sus cumbres blancas.
Y había nieve, más nieve de lo que creíamos. Pero llegó un momento en que no se pudo avanzar más por que la nieve se estaba derritiendo en algunos lados y llenaba al camino de barro. Entoces dejamos al Regatta a un costado y proseguimos a pie.







Saludos a Rosario.
























Pasamos por bifurcación donde el camino se separa, un lado sigue hasta el cerro los Linderos y el otro es un camino auxiliar, no transitable, para el mantenimiento de las torres de cableado eléctrico.







Si bien no pudimos llegar al Champa, hicimos nuestro propio camino, y llegamos hasta encotrar un buen lugar para tomar mates, comer facturas, usar los binoculares y tocar la Gaita.
Desde allí se obserba el valle de Traslasierra.




Cerca de bifurcación encontramos un Fiat Palio quemado, días despues nos enteramos que un tipo se suicidó allí, hizo explotar una garraffa con el dentro del auto.











El valle de Traslasierra (arriba).




El valle de Calamuchita (abajo).

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